jueves, 1 de octubre de 2009

El habla de los jóvenes

A menudo en la televisión o en la radio analizan "cómo hablan los jóvenes". Y se equivocan... Enumeran palabras y actitudes que hace rato dejaron de ser "juveniles"... Los modismos cambian cada minuto, porque el lenguaje está vivo y nos ofrece muchos recursos. Además, es aburrido hablar siempre igual.
La palabra "joven" es bastante vieja. Viene del latín iuvenis y ha sido aplicada a millones de personas alguna vez. Jóvenes que luego fueron adultos y más tarde viejos... Entonces, si hablamos de "lenguaje juvenil" también deberíamos hablar de "lenguaje de los niños", "de los adultos", "de los viejos" (adultos mayores suena mejor).

Pero es un hecho que "los jóvenes" entregan muchas palabras nuevas a una lengua. Quizás porque también son quienes en mayor medida experimentan la necesidad de expresar ideas o sensaciones de manera distinta. Y como los adultos siempre tratan de copiarles, para acercarse, para sentirse ellos también un poco más jóvenes o para hacer programas de televisión... Se hace urgente crear palabras nuevas.

Los escritores suelen poner por escrito los modismos o las expresiones coloquiales. Pensemos en Julio Cortázar para los argentinos y entre los chilenos, Nicanor Parra, Oscar Hahn o Rodrigo Lira. ¿Por qué? Les habrá parecido eficaz, habrán visto que el modismo tenía alguna gracia. O se les ocurrió no más...

Aunque suene obvio, con el lenguaje el único problema es cuando no puedes comunicarte... Es decir, hablas de un modo tan específico o extraño que nadie te entiende. O sea, quedarse hablando solo: pelar el cable, rayar la papa. Que de repente se te apague la tele. ¿Se entiende? ¿Se entiende? ¿Qué es el lenguaje de los jóvenes? El lenguaje que todos quisieran hablar. Porque todos quisieran ser jóvenes. Juventud, divino tesoro. Qué frase más vieja.

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